miércoles, 11 de septiembre de 2013

Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea



La escritora londinense Annabel Pitcher da una magistral lección de humanidad con su primera novela Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea. Tras este título se esconde una historia de dolor, amor y superación. Y dirán ustedes "como en muchas otras novelas". Pero no, aqui Pitcher juega como nadie sus cartas: un niño de diez años, un atentado terrorista y una familia desestructurada. Con estos tres elementos crea una aftmosfera de ingenuidad y realismo que traspasa las páginas de este libro.

Sus protagonistas son marionetas rotas en una sociedad llena de prejuicios. Jaime, a punto de cumplir 9 años, se va a vivir con su padre y su hermana Jasmine a una casa de campo.  Dejan a trás la capital para intentar olvidar el terrible incidente que cambio sus vidas hace cinco años. Rose, la hermana gemela de Jasmine, murió en un atentado terrorista islámico en Londres. Los padres de Jaime y Jasmine no consiguen superar este dramático accidente y se separan. El alcohol se convierte en la vía de escape para el progenitor. Incapaz de pasar página se lleva con ellos las cenizas de su pequeña Rose. Y las coloca en un lugar privilegiado sobre la repisa de la chimenea. Jasmine tampoco consigue olvidar a su hermana, se ha teñido el pelo de rosa, se ha hecho pearcing y ha dejado de comer. El único que parece no hechar de menos a su hermana es Jaime, en cinco años no ha derramado ni una lágrima. Su vida gira en torno a su gato Roger y su camiseta nueva de spiderman.

Este pequeño superheroe se convierte en el hilo conductor de todo el libro. A sus 10 años recien cumplidos Jaime habla desde la ingenuidad pero también desde un terrible dramatismo de su vida diaria en una familia rota, de su colegio y de su mejor amigo, su gato Roger. Su vida va cambiando poco a poco y eso le hace reflexionar sobre su papel en el mundo. Conoce la verdadera amistad junto a una niña paquistaní, pero también la xenofobia. Su nueva amiga es musulmana paquistaní. Una diferencia que marcará su relación. A modo de Capuleto y Montesco ambas familias se interpondrán a esta amistad.

A través de estas páginas descubrirá el valor de la amistad, del compromiso, de la familia y del perdón. Para ello Jaime hará un viaje iniciático que le llevará a presentarse junto a su hermana Jasmine a un concurso de talentos.





Jaime nos recuerda a la protagonista de Pequeña Miss Sunsine, una niña llena de ilusiones que sobrevive en una familia desestructurada. Una luchadora, una heroína, un superheroe como Jaime que emociona y entristece en la misma medida.

Medio sol amarillo

 
La historia está ahí, las dramáticas imágenes de niños con el abdomen hinchado están grabadas en nuestra retina, la desnutrición, el hambre, las muertes. Todo está ahí, pero en su momento no lo quisimos ver. La Comunidad Internacional no actuó con determinación y miles de personas perdieron la vida en la Guerra Civil de Nigeria, en la lucha de Biafra por conseguir la independencia, la mayoría niños.  En su segunda novela, Chimamanda Ngozi Adichie, plasma esta terrible realidad que vivió su país en los años 70. Y lo hace desde el conocimiento personal ya que sus abuelas sobrivieron al conflicto de Biafra, y desde la pérdida ya que sus abuelos no vivieron para contarlo.

Adichie  pone voz a los olvidados a través de Ugwu, el sirviente de un profesor universitario con ideas revolucionarias, Olana, la amante del profesor Odenigbo  y su hermana gemela Kainnene. Las protagonistas femeninas pertenecen a la clase alta de Lagos, a la etnia Igbo. En principio no tendrían porqué sufrir las consecuencias de la Guerra. Pero ambas llevaran la catasfrofe a su vida desde prismas muy distintos. El medio sol amarillo de la bandera de Biafra será el estandarte de la lucha, pero también de la pérdida y el dolor.



La voz de Olana se tornará más realista según vaya avanzando el conflicto. Odenigbo verá como su sueño de una Biafra libre e independiente se desmorada, como el declive de una nación arrastrá consigo sus ideales. Ugwu también madurará, el conflicto le convertirá en un niño-hombre. La realidad que viven cada día, el terror a la muerte, a la enfermedad se apoderará de sus vidas. Nadie está a salvo. No existen los privilegios cuando se pierde el control, cuando el ejército de Nigeria avanza sólo queda esperar. Todos saben que siempre puede ir a peor.



El amor, la lucha, la defensa de los ideales, la desnutrición contados por una nigeriana desde una perspectiva global. Adichie pone los puntos sobre las íes en un conflicto que aún marca la vida política, económica y social de su país. Medio sol amarillo es un soplo de realidad para entender mejor un conflicto que muchos preferirían que se olvidara por completo.

lunes, 19 de agosto de 2013

La vida ante sí

 
Redacción: Sara Puertas

Muy pocas veces un seudónimo dió tanto de sí. Tras el nombre de Émile Ajar se esconde el polifacético autor ruso Romain Kacew, más conocido como Romain Gary. Actor, guionista, director de cine, soldado... Kacew dejo parte de sus experiencias vitales en pequeñas migajas a lo largo de su obra. Una treintena de titulos en algo más de dos décadas. Kacew no fué solo Émile Ajar, suyas son también las obras publicadas bajo otros seudónimos: Roman Gary, Fosco Sinibaldi y Shatan Bogat. Sin duda, el desdoblamiento de personalidad más fructifero lo consiguió junto a Émile Ajar y esta maravillosa obra. La vida ante sí, le valió su segundo Premio Goncourt, (el primero fue con Las raíces del cielo en 1956) hecho que generó una gran polémica en Francia. 

Roman Kacew no podía recibir un premio en nombre de Émile Ajar, asi que el escritor decidió que que su sobrino, Paul Pavlowitch, entrara en escena. Algo que le costo muy caro. En el libro Vida y muerte de Émile Ajar publicado, postumamente en 1981, Gary describe cómo fue sintiéndose desposeído de su fama. Los críticos de la época miraban con lupa sus obras, vanagloriaban a Ajar y menospreciaban el talento de Gary. Incluso en 1977 con su obra Clair de femme, la crítica le acusó de imitar a Ajar. Polémicas a parte Kacew, Gary o Ájar (quédense ustedes con el seudónimo que les plazca) fue un magnifico y prolífico escritor. Prueba de ello es esta obra.

La vida ante sí es un soplo de aire fresco. Su protagonista, Momo un niño árabe de 10 años, narra en primera persona su vida en una especie de hogar de acogida para hijos de prostitutas. La Señora Rosa, una ex prostituta judía  de 70 años que sobrevivió a un campo de concentración; es quién se encarga de estos pequeños. Émile Ajar teje una trama cuyos pilares se sustentan bajo estos dos soberbios personajes. Un niño al que la vida no le deja ser niño y una ex prostituta que teme a la muerte y a la vida en la misma medida. Momo y la Señora Rosa, la Señora Rosa y Momo, una relación de cariño y amistad que traspasa las páginas de este libro. El pequeño Momo recuerda en ocasiones a El Principito de Antoine de Saint-Exupér

La inocencia y curiosidad infantil que ambos autores supieron captar a la perfección, pero que Ajar lleva un paso más allá. Momo es un niño-hombre, la calle y la vida van moldeando su carácter. La Señora Rosa guía su aprendizaje lo mejor que puede, con la ayuda del conserje M. Mimoun o Madame Lola, un senegalés travestido y ex boxeador. 


La soledad, el miedo, la inocencia, la muerte y el amor se esconden tras estas páginas que fueron llevadas al cine en 1977 en una adaptación de Moshe Mizrahi bajo el título Madame Rose. La cinta gano el Oscar a mejor película de habla no inglesa en 1978 y el César a la mejor actriz, Simone Signoret.


Les recomiendo que incluyan esta magnífica novela entre sus imprescindibles. La vida ante sí les expondrá sin tapujos la cruda realidad de un niño de 10 años y aún se quedarán con ganas de más.